Es triste ver los partes diarios del Consejo Nacional Electoral diciendo que la "auditaría" que se está realizando tiene un 99.98% de efectividad (ver nota de prensa). Digo que es triste porque no se por qué se habría de esperar algo diferente, después de todo nadie ha puesto en duda que la máquina de votación haga su trabajo correctamente. El problema que ha señalado la oposición es que las inconsistencias se encuentran en los aspectos manuales del sistema.
1) el RE es perfecto, no hay muertos votando (leer este articulo sobre el RE)
2) todos los que votaron estaban facultados para ello y vivos
3) no hubo personas votando mas de una vez
Seguro hay mas asunciones que se están haciendo sin embargo estas tres son suficientes por el momento.
Los pasos para garantizar que estas asunciones (2 y 3 sobre todo) son correctas podrían ser muy sencillos. Por ejemplo se podría:
1) Seleccionar una muestra aleatoria y representativa de todas las mesas electorales.
2) Verificar los cuadernos de votación y contrastarlos con las actas.
3) Realizar una auditoría del SAI para demostrar que no existen huellas duplicadas.
Si, al revisar estos elementos, no se consiguen problemas entonces se podría cerrar el trauma electoral en el que nos encontramos desde Abril.
Es bueno aclarar que en varios estados de los Estados Unidos, por ejemplo, los re-conteos no son obligatorios y automáticos salvo que la diferencia sea menor del 1% de los votos o del 0.5% inclusive. Sin embargo, cualquier ciudadano lo puede solicitar siempre y cuando cubra con los gastos de dicha actividad, el estado solo pagaría en caso de que cambien los resultados (ver info).
Personalmente no tengo ninguna prueba de la existencia de fraude y por lo tanto para mí todo se resume en generar confiabilidad en los resultados dado el estrecho margen de victoria del candidato oficialista.
Dado que el margen de diferencia entre los dos candidatos es de 1.49% y que el nivel de conflictividad es tan alto no veo porqué el CNE se niega a realizar un estudio de todo el material electoral en un grupo aleatorio de centros electorales. Si pensamos de forma institucional este nomedalaganismo en el que está incurriendo el CNE lo único que logra es perjudicar su imagen como árbitro de nuestros procesos electorales (encuesta IVAD).
Si el CNE quiere garantizar confiabilidad en los resultados y en la institución, y si el PSUV quiere quitarse la sombra de la duda, lo que deberían hacer es revisar también los otros aspectos del acto electoral. De esta forma el ente electoral saldría fortalecido.
Por el contrario, en vez de buscar una mayor confianza en los resultados electorales lo que hace el CNE actualmente es demostrarle al mundo que el sistema automatizado sabe sumar (cosa que nadie duda -o casi nadie), no que el proceso electoral fue transparente y un reflejo de la voluntad popular.
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