26 mayo 2016

El chavismo 'hunkers down'

En Estados Unidos hay una frase 'hunker down' que se utiliza mucho para cuando viene una tormenta. Entre las traducciones se encuentra 'to take shelter' que significa refugiarse, pero también está: 
"to hold resolutely or stubbornly to a policy, opinion, etc., when confronted by criticism, opposition, or unfavorable circumstances"1
que significa básicamente mantenerse tercamente en una posición u opinión a pesar de las criticas, oposición, o circunstancias.

Por qué, nos preguntamos muchos, el gobierno y los diferentes poderes "autónomos" no cambian el curso ante la grave situación, extremadamente grave situación, absoluta crisis que está viviendo Venezuela. Según un artículo en The Daily Beast  de Raul Stolk, uno de los escritores de Caracas Chronicles, básicamente el curso no se cambia por la imposibilidad del régimen de echar para atrás (pa'tras ni para coger impulso) porque eso sería admitir errores que no se desean admitir. Concluye Raul que todo escenario para una resolución pacifica de la crisis pasa por la entrega del poder de parte del chavismo, lo que significa exponerse y rendir cuentas.

Creo que Raul tiene mucha razón con su evaluación de la situación, sin embargo, creo que hay un par de factores que no han sido tomados en cuenta. Primero, que el chavismo es un todo; segundo, que existen motivos racionales para que el chavismo entregue o no el poder.

Voy a empezar por el segundo punto. Se ha escrito con mucha razón que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) está completamente parcializado hacia el gobierno pues todas sus decisiones han sido a favor de éste. Raúl Sanchez Uribarri (un experto en la política de las cortes venezolanas) escribió sobre esto en un artículo en el que argumenta que mientras el gobierno chavista fue perdiendo carácter democrático las cortes fueron perdiendo independencia. 

Así llegamos entonces al 2016 y tenemos un TSJ que viola flagrantemente la constitución para básicamente alargar la vida del paciente en coma. Junto al TSJ lo mismo se puede decir del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Poder Moral, ninguno se atreve a apagar el respirador artificial que mantiene con vida al ejecutivo. No menciono a los militares porque soy un convencido de que los militares no son los llamados a resolver los problemas políticos de un país, llamarlos a sacar a Maduro es invitarlos a dar un golpe.





Por qué entonces ninguno de estos poderes utiliza su independencia?

Hace ya unos años, cuando apenas era un estudiante, leí un articulo académico que me llamó mucho la atención y que hoy desenterré. El artículo, escrito por Gretchen Helmke en el American Political Science Review (la mejor revista de investigación en ciencias políticas que existe), analiza las decisiones de la Corte Suprema Argentina. Helmke argumenta que los jueces argentinos toman decisiones en contra del gobierno de turno cuando ven que va a haber un cambio. Esta decisión de abandonar al gobierno es racional en el sentido de que los jueces buscan salvar el pellejo. Helmke llega a esta conclusión tras analizar más de 7500 decisiones judiciales entre 1976 y 1995 lo que incluye un período bajo la dictadura de Videla. El punto interesante aquí es que los jueces piensan que tomando decisiones en contra del régimen de turno sea Videla, Alfonsín, o Menem les va a permitir su supervivencia después del cambio.

Si tomamos el argumento de Helmke como cierto y lo traemos a la Venezuela de hoy entonces podemos hacernos tres preguntas:

La primera, tienen los magistrados del TSJ o las rectoras del CNE suficiente independencia como para saltar la talanquera? 

Algunos dirán que no, que los magistrados(as), rectoras, etc no tienen independencia alguna. Que fueron puestos por su absoluta lealtad al chavismo, sin embargo los magistrados del artículo mencionado también habían sido nombrados por su lealtad al gobierno de turno. 

Esto nos lleva al punto que mencioné más arriba que ve al chavismo como un todo. Yo no estoy seguro de que el chavismo sea un todo, ya que se ven disensiones, escasas sí pero igual existen. En cualquier caso, los actores politicos tienen, en el papel, suficiente independencia como para tomar decisiones ajenas al gobierno, la pregunta es entonces porque si tienen esta independencia no la usan.

La segunda, sera que no usan su independencia porque no ven el fin inminente del chavismo?

Yo dudo que no lo vean. Al punto como están las cosas hoy hasta los mas leales seguidores del gobierno ven los problemas y la crisis en la que está el país. Y si ven la crisis, entonces por qué no hacen nada? Esto es una pregunta que me vengo haciendo ya por un tiempo y no lograba encontrarle explicación, con este artículo de hoy trato de hacer un ejercicio mental sobre el tema, lo que me lleva a la tercera pregunta.

ven los magistrados(as), rectoras, etc algún modo de supervivencia post-chavismo?

Esta es para mí la pregunta interesante y que ayuda a responder todas las demás. Según el artículo de Helmke los magistrados argentinos tomaban decisiones estratégicas porque buscaban su posterior supervivencia. Si pensamos que los individuos actúan de igual forma -racional- entonces los magistrados venezolanos o no ven el final o no ven su supervivencia. Como ya razoné brevemente en la pregunta anterior que dada la situación en Venezuela es imposible que los magistrados no vean la crisis, entonces solo queda deducir que los magistrados se ven atados al régimen ya que saben -o suponen- que de llegar la oposición al poder van de salida mas rápido de lo que se dice "MUD".

Sin embargo, esto no tiene por que ser absolutamente necesario. Según Albert Hirschman (1970), los miembros de una organización tienen tres opciones cuando ven la presencia de un problema en esta: Exit (Salida), Voice (Hablar del problema), y Loyalty (Lealtad). 

Entendiendo que la actual situación política dificulta mucho para miembros dentro del gobierno y sus instituciones aliadas hablar de los problemas públicamente esto les deja dos estrategias: salida y lealtad.

Dadas estas dos opciones facilitarles la salida es probablemente el mejor camino a una resolución pacífica.

Como bien deja ver Michael Penfold-Becerra en su artículo La imposibilidad del cálculo político -si no se esta negociando- tal vez es hora de que se negocie y se le lancen salvavidas a actores que puedan ayudar a desbloquear la situación.